Joaquín Traipe emprendió un viaje en bicicleta el 1 de Enero. Salió desde Tres Arroyos para recorrer la Patagonia. En su camino se sumaron otros dos ciclistas. Esta semana, Joaquín llegó a Allen y se cruzó con personas solidarias. Pudo reparar su bicicleta y conseguir un lugar donde dormir. En unas horas, el grupo volverá a la ruta para seguir viaje hasta El Bolsón. En La Carretera, Joaquín contó que sobrevive como artista callejero. Espera estar un año entero viajando por el sur del país.

Pasé dos noches en Allen. Yo soy de Tres Arroyos y uno de mis compañeros es de Pigüe y el otro es de Viedma, se sumó  ayer en General Roca. Lo conocimos ahí y se sumó en una playera, la reformó toda. Ya es uno más y hoy salimos para Cipolletti”, explicó Joaquín. “Fue toda una charla de vino, le empecé a contar de mi bici y todo lo que me había pasado y se dio que también es malabarista y quería viajar en bicicleta. Nos va a seguir”, comentó. La primera meta es El Bolsón y luego les gustaría ir hacia Esquel, mucho más al sur, hasta llegar a Ushuaia.

En su ingreso a la ciudad de Allen, Joaquín conoció a Hugo Martínez en el predio ‘La Chacra’ sobre el acceso Güemes. Allí descansó y pudo contactarse con una bicicletería. Tras el primer mes de andanzas, su rodado traía una rueda en mal estado. “La goma de atrás ya había cumplido su ciclo. Se había hecho como una teta y venía a los saltos con la bicicleta. Yo quería ir a un semáforo para hacer la plata para comprar la cubierta. Y al otro día, me explicó para llegar a Rodados El’Elna y no se como fue, si la compró o fue un regalo, pero me tenían la goma. Salí con cubierta nueva, el bicicletero se re copó porque la acomodó al toque, esa fue la magia”, relató Joaquín.

El ciclista bonaerense lleva casi un mes de recorrido por las rutas. Asegura que no tiene apuro en volver a su casa. Sobrevive ofreciendo sus malabares ‘a la gorra’ en alguna esquina de la ciudad donde para. “Mi primera idea era barrer veredas a colaboración de la gente. Pero me decidí por los malabares. En Choele Choel me regalaron pelotitas que envolví y con ellas estoy en los semáforos”, confesó. “La bici, la ‘larguita’, es mi fiel compañera. Yo tenía una de Mountain Bike y se la cambié a un hombre por una pistera de ruta, de rueda finita. Es como del ’85 la bici pero me encariñé. La equipé, le puse alforjas, un cajón… y empecé a viajar”, contó Joaquín. “Y estoy en Allen, que no lo puedo creer”, dijo en La Carretera.