Familiares y pacientes que utilizan cannabis para tratar variadas enfermedades y trastornos decidieron hacer público el pedido para que se cumpla con la norma que legaliza el autocultivo con fines medicinales. María Eugenia Sar es abuela de un paciente con síndrome de tourette. Durante muchos años estuvo expuesta a una causa penal por elaborar artesanalmente aceites derivados de cannabis para tratar a su nieto Joaquín. El caso de María Eugenia es uno de cientos de casos en Argentina.

La reglamentación de la ley que permite el autocultivo, sancionada por el Congreso en noviembre del 2020, cerraba una etapa de persecución para estas familias. Pero a tres meses, la situación no ha variado. María Eugenia sentenció en sus redes sociales que “la conquista de esta ley es de las madres, de las familias que hace unos años empezaron a llevar a sus hijos en silla de ruedas, caminando con asistencia o con una sonda, a la marcha de la marihuana. Madres que se plantaron en el Congreso y contaron sus dolores más íntimos”.

En contacto con La Carretera, Maria Eugenia Sar afirmó que “nos toman el pelo, todavía no resolvieron sobre las cantidades ni volúmenes permitidos para el autocultivo. No somos narcotraficantes y seguimos expuestos todo el tiempo a una causa penal”. En los próximos días presentarán ante la Justicia Federal. Sar anticipó que será “una acción declarativa de certeza para que sea el juez quien determine sobre los detalles que no están debidamente claros en la ley”.