En este 2 de abril desde La Carretera recorremos la especial historia de uno de los ex combatientes que es valletano. Se trata de Daniel González, muy reconocido por sus acciones solidarias en Cipolletti y todo Río Negro. Hoy trabaja en su local, una gomería de calle Tres Arroyos y Lisandro Latorre. Su premisa es coincidente con la de todos sus colegas y es nada más ni nada menos que evitar caer en el olvido.

“Un soldado no muere en batalla, muere cuando el pueblo lo olvida” sostuvo al momento de ser entrevistado. Luego agregó una reflexión para la actualidad y para el futuro. “En la guerra no gana nadie. Perdemos todos siempre. Si tuviera que decir algo a los jóvenes y a las futuras generaciones diría que estudien. Es la única forma de salir adelante. Nosotros no queremos un país analfabeto porque así si nos manejan a todos” concluyó al momento de hablar de lo que siente con la actualidad.

Luego la charla se fue a 1982. Allí mencionó que él fue uno de los que pidió ir a la batalla. “Pedí casi llorando para que me lleven a combatir a las Islas Malvinas” dijo Daniel. Es que siempre supo que deseaba representar a la patria y a la bandera como explicó al aire de AM740. Incluso de muy chico, soñaba con ser abanderado en la escuela. Tuvo que abandonar ese sueño al ser el mayor de 4 hermanos y tener que trabajar desde esa temprana edad para mantener a la familia. Ya de adulto el contexto y todo lo que sucedió en el país lo terminaron llevando a la cruzada de realizar el servicio militar y quedar a disposición de la batalla. Ahí le tocó sentir en primera persona la guerra.

“El principio no me iban a elegir, de hecho se fueron varios de mis compañeros y a mí me dejaban. Creo que era por la altura, ya que mido 1 metro 70 centímetros. Sin embargo, cuando veía que no me llevaban imploré, pedí casi llorando que me lleven a combatir a Malvinas. Era lo que más quería, luchar por la patria, por la bandera, por mi país” dijo.

Hoy entre tantos actos y palabras los recuerdos golpean muy dentro en el corazón de los héroes de Malvinas. Lo único que esperan es que no se olvide a ninguno de los que fueron, los que volvieron y los que se quedaron.