Marlene tiene hoy 28 años. Desde muy pequeña, su figura paterna fue la pareja de su madre. Él ejerció el rol durante toda su vida y estuvo presente en cada etapa de su niñez y adolescencia. La joven buscó asesoría legal para cumplir el deseo de plasmar su identidad en el DNI. Por la situación familiar, el estudio Otero & Buscazzo apeló a un proceso de adopción por integración. El hombre la adoptó formalmente y ahora podrá llevar su apellido. En La Carretera, la abogada Florencia Otero explicó el recurso legal que utilizaron. Se trata de una excepción que plantea el Código Civil.

La allense festejó este logro con un posteo que rápidamente se viralizó en las redes sociales. Pero el camino inició en la calle Mariani, con una visita al estudio de Florencia Otero y Emilia Buscazzo. “Esta niña, hoy mujer, nos vino a ver porque estaba necesitando ver satisfecho su derecho a la identidad. Nos entrevistamos en varias ocasiones con el grupo familiar y encontramos que se podía ver realizado a través de la adopción por integración. Se prevé justamente en casos en que es la hija del conviviente de la persona que pretende adoptar“, explicó Otero. Además, la ley establece como requisito que el vínculo se haya dado desde la niñez y que cotidianamente la mostrara como hija. “Esto es posesión de estado de hija cuando era menor de edad, es decir, que sea tratada socialmente como la hija. Es consolidar desde lo jurídico vínculos afectivos que existían desde que era niña“, agregó.

Otero señaló que el Código Civil permite esta herramienta para formalizar relaciones familiares de hecho. “Son lazos afectivos que la ley no puede desconocer. Que existen. Y de esta forma, los reconoce. Uno de los principios de la adopción es el respeto al derecho a la identidad. Que tiene dos fases, una es la carga biológica y la otra es una construcción social. Y esta chica necesitaba llevar el apellido de la persona que la paternó toda la vida. Entendimos que la solución integral para esta familia era esta”, detalló Otero.

En su relato en redes sociales, Marlene señaló que desde pequeña no se identificaba con su apellido y que siempre quiso llevar el de su padre de crianza. El de esa persona que la cuidó cuando estuvo enferma, el que la llevaba a todos lados y hasta le presentó a su banda de música favorita. Ahora, a pesar de tener 28 años, fue adoptada formalmente por quien fue siempre su ‘papá del corazón’. “Cuando la persona viene a consultarnos, nos conectamos y tratamos de entender su historia, su dolor. A partir de ahí nos comprometemos profesionalmente y compartimos la responsabilidad de tirar para el mismo lado. Buscamos llegar al mejor resultado”, sentenció Otero.