Rodrigo Tellechea es un vecino de Los Menucos que decidió llevar adelante una travesía especial. El 10 de agosto salió desde Dina Huapi con destino final en Chimpay. Une los 800 kilómetros a pié, con un mensaje de paz para la humanidad. Lleva ese pedido a la misa de Ceferino Namuncurá. En La Carretera, Rodrigo explicó cómo organizó su viaje y que piensa llegar a Chimpay mañana sábado al mediodía.

Feliz, muy contento… me quedan las últimas dos etapas. Fueron semanas largas y estar en la parte final me da mucha alegría por todo lo que he dejado atrás”, expresó. Rodrigo tiene 38 años y trabaja en el municipio de Los Menucos. Siempre estuvo vinculado al deporte, fue ciclista y fotógrafo. “Y a veces se me dispara la cabeza y hago algo como esto”, confesó entre risas. Ya había hecho algunas procesiones en bicicleta y el año pasado caminó ‘Por una Infancia Feliz’ desde su ciudad hasta Chimpay, con 370 kilómetros a pie. “Este año decidí mostrar la Línea Sur, mostrar la calidad humana que tiene y por eso encaré esta difícil travesía de 800 kilómetros. La hice solo, con mi mochila y con el acompañamiento de Dios”, sentenció.

Rodrigo no tuvo vehículo de apoyo pero planificó cada etapa para poder llegar a un lugar apropiado de descanso. “Tenía que llegar a un pueblo porque no llevo carpa, por peso extra. Tenía que caminar un promedio de 45 -50 kilómetros por día. Hubo algunos más cortos y otros días muy largos de 70 -75 kms, era un gran desafío. El condimento extra fue el clima, con días de 14º bajo cero, escarchilla, viento… Mi cuerpo tenía que soportar todo. Gracias a Dios, hasta ahora viene todo perfecto”, aseguró.

Rodrigo comentó que empezó a prepararse físicamente desde marzo. “Hice un entrenamiento específico de funcional, trabajando arriba de la bici y reforcé tren superior. Salía a caminar para probar la ropa, el calzado. Pude entrenar de marzo a julio, al 100% porque mi salud estaba bien, no hice locuras los días de mucho frío. Cuidaba el cuerpo para llegar fuerte a estos 18 días”, relató. Además, se preparó mentalmente para atravesar este desafío en soledad. “Ser prolijo en la alimentación, la hidratación, saber que hay que parar a elongar. Me preparé con chicos que tienen muchas experiencias en running y me enseñaron”, agregó.

En La Carretera, Rodrigo agradeció el cariño y la hospitalidad de los vecinos de la Línea Sur. Paró en puestos de campo, recargó energías con la gente y recibió cartas para dejarle al beato de la Patagonia. “Salió como lo tenía pensado. Gente que me ayudó en la ruta, gente llorando que baja a darte un abrazo. Quería mostrar eso, que somos pueblo chicos y alejados de las cosas, pero con sentido de pertenencia. Estos pueblos se sienten identificados con esta travesía y hacen fuerza con sus mensajes y sus oraciones para que llegue”, remarcó. Rodrigo estima pisar Chimpay este sábado al mediodía para sumarse a las actividades de Ceferino.