Tras el femicidio de Gisela Fuentes, el accionar de la justicia en los casos de violencia de género vuelve a estar en el ojo de la tormenta. En noviembre del  2021, Roberto Figueroa, principal sospechoso del crimen, había atacado a balazos a la víctima.

En la audiencia de formulación de cargos, el defensor público Mauricio Macagno fue quien dio a conocer el hecho. Según el abogado de Figueroa, nunca se lo pudo acusar por el ataque porque la fiscalía perdió los plomos, versión que la fiscal Carolina Mauri desestimó.

En declaraciones al diario Río Negro, Mauri aseguró que en aquel momento el caso fue un abuso de armas y “no una tentativa de femicidio”. La fiscal manifestó que el caso se archivó en febrero de este año, ya que entre otras cosas “la víctima no hizo ninguna denuncia nueva”.

En cuanto a los plomos encontrados en aquel ataque, Mauri aseveró: “Nunca llegaron a la fiscalía”, y recordó: “Se lo reclamamos muchas veces a criminalística. Sin esa prueba no fue posible avanzar con la investigación”. En ese entonces se dispuso una restricción para el agresor y un botón antipánico.

Unos meses después la pareja retomó la relación y Gisela solicitó que no se renovara la prohibición de acercamiento. También fue retirado el botón antipánico. Sin embargo, la violencia no cesó por lo que la mujer decidió separarse tras 13 años y una hija en común.

Centenario, 03 de octubre de 2023.