Ecuador está sumido en una compleja realidad y se encuentra en medio de una guerra interna entre el Estado y el narcotráfico, según relató la periodista rionegrina Vanesa Escoda, residente en el país sudamericano. En el epicentro de la crisis se encuentra la pandilla conocida como los “choneros”, vinculada estrechamente con México, cuyo líder, Adolfo Macías, alias Fito, estaba a punto de ser trasladado antes de su desaparición. Los asesinatos y el miedo han tomado las calles.

Desde ese hecho no paró de escalar la violencia y los mensajes letales por parte de estos criminales. En respuesta a la amenaza creciente, el gobierno ecuatoriano decretó el estado de excepción, otorgando a los militares la autoridad para llevar a cabo operaciones militares. La escalada de violencia ha alcanzado niveles críticos, llegando incluso al punto en el que estos “Pandilleros” tomaron un canal de televisión en un acto desesperado y de demostración de poder. El presidente Daniel Novoa anunció la declaración oficial de conflicto armado interno.

Según contó la periodista radicada en Guayaquil, la batalla se extiende más allá de las calles, con cárceles convertidas en campos de guerra donde se disputa el control de grupos de narcotraficantes y el poder. Escoda aseguró, en un meticuloso análisis, que Ecuador es un país que sirve como corredor para el tráfico de drogas desde Colombia hacia el resto de América. Allí, las desigualdades profundas han creado un terreno fértil para que se fecunde y crezca esta guerrilla que recluta niños y crece girando alrededor del negocio de la droga . El funcionamiento de estas bandas contempla tácticas utilizadas por grupos guerrilleros como las FARC.

La periodista roquense señaló que “esta situación de crisis tiene raíces en decisiones políticas anteriores, marcadas por el retiro de la base militar de Manta, debilitando la frontera y facilitando la entrada desde otros países. Desde el gobierno de Lenin Moreno, sucesor de Rafael Correa, se priorizó el pago de deudas sobre la inversión en seguridad y protección. El resultado ha sido un Estado debilitado, marcado por motines y un alarmante aumento de muertes violentas, evidenciando la falta de compromiso político en la gestión de la seguridad nacional”.

Ecuador, 10 de enero de 2024