En días llenos de declaraciones cruzadas con datos sueltos sobre los que se construyen narrativas, la comunidad educativa universitaria contesta al fuego acusatorio del gabinete del presidente Javier Milei. Es que el ejecutivo nacional logró instalar un manto de duda sobre la calidad, la eficiencia y la eficacia de las universidades públicas. Detrás de algunos números, que en sus modos funcionaron para que parte de la sociedad los considere, hay números mucho más complejos y realidades que una historia de más de 100 años intenta abroquelarse para defender. Para los docentes universitarios una cosa es discutir e intentar mejorar un sistema que claramente necesita pulirse y otra muy distinta es replantear si la institución debe ser pública o no desfinanciándola.

En una entrevista con AM740, Silvia Brouchoud, secretaria general electa de ADUNC, arrojó luz sobre la compleja situación que atraviesan las universidades públicas en Argentina. En medio de una marcha multitudinaria, Brouchoud analizó la dinámica de la relación conflictiva que hoy tienen con la impronta del gobierno nacional.

Según Brouchoud, la gestión de Javier Milei ha utilizado datos de manera malintencionada. Según contó, está desviando el foco de la discusión central. Dijo que “la revisión del presupuesto o la verificación de la cantidad de trabajadores no justifica dejar sin fondos a una universidad o relegar a los docentes a sueldos por debajo de la línea de pobreza”, subrayó la secretaria general.

Brouchoud destacó la precaria situación salarial de los docentes universitarios, señalando que “tenemos cargos docentes que están por debajo de la línea de la pobreza. Nuestro salario ha perdido el 50% de su poder adquisitivo desde diciembre”. Además, hizo hincapié en la falta de garantías salariales previas y en la sensación de desprecio hacia lo público por parte del gobierno.

La dirigente universitaria también desmintió las acusaciones de falta de transparencia en el manejo de los fondos, afirmando que “los presupuestos y rendiciones son muy claros”. Además, se mostró abierta al diálogo y la colaboración, rechazando el discurso de la imposibilidad de alcanzar acuerdos que se instaló. Cerró diciendo que “creemos que es posible discutir y reformar temas con personas que piensan distinto. No rechazamos las auditorías que quieren hacer. Se tiene que saber que el dinero tiene un flujo que se puede rastrear y chequear. Es mentira lo que se dice de los fondos desperdiciados. Creemos que se puede recomponer la relación con la parte de la sociedad que tomó datos que arrojó el gobierno para desprestigiarnos”, concluyó Brouchoud.