Eduardo Sartelli es doctor de la Universidad de Buenos Aires, con mención en Historia. Es integrante del Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales (CEICS). Analizó en La Carretera la problemática energética en el país, observando un mundo que se encamina a dejar de usar la energía que se genera a partir de restos fósiles para incorporar el uso de energías alternativas, renovables y que permiten una producción sustentable.
“Los frentes de aire polar que está recibiendo el país, hacen que el frío se sienta en los hogares y cuando esto ocurre, es porque la economía ya se enfrío”, aseguró Sartelli porque “no solamente nosotros sentimos frío, sino que toda la economía se está enfriando por falta de combustible. La Argentina tiene un déficit energético muy notable que en los últimos años no se nota tanto porque hace 10 años que estamos en recesión. En la medida que comience una reactivación esta carencia se hará cada vez más notable”.
Sartelli asegura que “es obvio que en el mundo vamos a un cambio de paradigma en cuanto a dejar de utilizar restos fósiles. Y no está definido todavía cuál es el paradigma que va a funcionar. El Hidrógeno Verde viene asomando con cierta fuerza, es obvio también que todo va a funcionar con electricidad y la pregunta es qué va a producir la electricidad. Estamos ante un paradigma que va a necesitar fuentes de energía y fuentes de conservación. Ante esto debemos preguntarnos qué es lo que le conviene a la Argentina, pero lo primero que hay que decir es que necesitamos ya exportar petróleo y gas porque en cualquier momento eso dejar de ser una riqueza. En cuanto el mundo deje de usar derivados de combustibles fósiles, vos podés tener todo lo que quieras ahí abajo pero no te lo va a comprar nadie”.
El historiador fue contundente al analizar la situación generada por la demora en la construcción del gasoducto Néstor Kirchner desde Vaca Muerta. “Si la Argentina no puede estar abasteciéndose de petróleo y de gas y no puede estar exportando, aprovechando un precio muy elevado, porque le falta un caño… es la expresión de la tragedia nacional. Es la expresión de la incapacidad de la clase dirigente argentina para resolver un problema tan sencillo como el de un caño. Si estuviera construido ya nos estaríamos ahorrando entre 12 y 18 mil millones de dólares en la importación de petróleo y gas”.
En cuanto a las posibilidades de generar otras alternativas energéticas, Sartelli aseguró que “nuestro país tiene muchas alternativas, como la eólica, hidroeléctrica, solar, la del hidrógeno verde. Pero en cada una de ellas hay que analizar el impacto que genera su conservación. No solo hay que pensar de dónde viene sino cómo se maneja y conserva, entonces aparece la energía nuclear como una alternativa muy interesante”. Recordó que Francia tiene el 70% de su consumo abastecido con este tipo de energía. “La energía nuclear es perfectamente competitiva y teniendo la capacidad tecnológica y productiva, Argentina exporta centrales nucleares. Acaba de inventar un reactor nuclear que tiene unas peculiaridades muy útiles para pequeñas ciudades. Esto se puede exportar, hay un campo enorme para crecer en este sentido. Este es el punto, llegar a formar un país que venda inteligencia no solamente vacas”.