La semana pasada, la comunidad valletana se sorprendió con un trágico accidente en la Ruta 2, a pocos kilómetros de El Solito. Un adulto y un niño de 12 años murieron tras protagonizar un choque frontal. Se vivió una historia de terror porque en este sector no hay señal de celular y nadie podía pedir ayuda. No funcionó tampoco la conexión WiFi de un puesto de emergencias ubicado cerca del lugar. La ambulancia demoró casi 2 horas en llegar. La Carretera pudo dialogar con María del Carmen Reinao, abuela del menor fallecido. Ella salió a buscarlos porque no llegaban a destino y se encontró con la peor postal del siniestro.
Según relató María del Carmen, Manuel Gil (61) y Fausto salieron de Las Grutas hacia Valle Medio, donde los esperaba ella junto a su hijo, papá del niño. “Pasaba el tiempo y no llegaban, llamamos a la mamá que estaba en Las Grutas y nos dijo que habían salido. No podíamos comunicarnos con ellos. Yo decidí adelantarme“, resumió. “A 90 kms de Las Grutas, en la zona de El Solito, veo los autos y a mi nieto sobre el camino“, agregó. María del Carmen relató una verdadera pesadilla. La desesperación de querer auxiliarlos, de pedir ayuda sin señal de telefonía o WiFi. Fue hasta el puesto de conexión más cercano pero no funcionaba. Varios automovilistas habían intentado usar esta vía de emergencias, pero no tuvieron éxito.
“Al ratito llegó la ambulancia y la policía, yo dejé el auto ahí abandonado y me fui con mi nieto en la ambulancia. Agradezco a todo el personal de salud de Choele Choel, pero no pudieron hacer mucho”, lamentó. “Si la comunicación estuviera en condiciones, se podía haber evitado. La ambulancia tardó dos horas en llegar”, agregó. La ayuda arribó gracias a que unas personas decidieron ir en auto a la ciudad más cercana, para dar aviso y pedir asistencia inmediata. “No le deseo a nadie lo que nos pasó, la desesperación…. hoy estamos destrozados. Fausto tenía un gran futuro por delante. Esto nos destruyó”, confesó la abuela del menor.
En medio del dolor por la pérdida de dos seres queridos, la familia pide que se pongan en funcionamiento estos puestos WiFi en las rutas provinciales. “Tiene que haber en todas las rutas del país, no podíamos llamar a nadie ni siquiera a los números de emergencia de policía u hospital”, señaló la mujer. “Es terrible lo que estamos viviendo como familia“, sentenció. La impotencia también fue parte del relato de quienes pararon al ver el siniestro, pero se sintieron con las manos atadas.