Le costó muchos intentos tener su primera cosecha, pero a fuerza de internarlo se convirtió en un especialista Alejandro Cancio, quien esta tarde consiguió ganar su cuarta Vuelta de la Manzana, tanto en la general como en la RC2, después de una apasionante batalla con Martín Scuncio en la sexta fecha del Rally Argentino que volvió a la actividad después del receso con un tremendo espectáculo y una notable cantidad de aficionados que ratificó la vigencia que tiene una de las pruebas más importantes del automovilismo en Argentina.
Cancio tenía muy en claro que la segunda etapa era a todo o nada, porque los 2s 7/10 que le sacó Martín Scuncio, la principal figura que tuvo el Rally Argentino en las últimas pruebas, en la primera etapa era una diferencia que se podía descontar por la ecigencia de lo que restaba por cumplir en la Manzana. Por eso, fue en busca del liderazgo, aunque no fue una tarea sencilla, porque tuvo que trabajar mucho y recién pudo cumplir con su misión de quedar adelante en el cierre del rulo inicial.
Lejos de perder la tranquilidad porque Scuncio se quedó con los dos primeros tramos y estiró la ventaja a 5s 5/10, en el tercero de Ruta 6-Defensa Catini llegó la respuesta de Cancio, quien tomó el liderazgo de la Manzana por apenas 4/10, en una muestra más de la tremenda paridad que tiene la principal categoría del Rally Argentino, aunque en esta oportunidad reservada a una pulseada entre estos dos pilotos porque el resto, si bien lo intentó, no pudo acercarse.
Todo se definió en el último rulo de la apasionante Manzana con la que la AVGR festejó sus sesenta años. Cancio estuvo en un gran nivel, como hacía rato no mostraba, anduvo muy rápido y no le dio posibilidades de revancha a Scuncio, quien no tuvo más que resignarse al segundo lugar, que igual le sirvió mucho para mantenerse adelante en el certamen. Más atrás, tanto en la general como en la RC2 quedaron Miguel Baldoni, no pudo seguir el ritmo de los dos mejores; Nicolás Díaz, Gastón Pasten, y Roberto Saba.
Cancio encaró la Manzana con la misión de recuperar su protagonismo en el certamen, desembarcó antes en Roca para realizar una exigente prueba con su equipo y después edificó un trabajo que casi no tuvo errores. No se desesperó cuando parecía que Scuncio se quedaba con la victoria, tuvo paciencia para esperar su momento y una vez que asumió el liderazgo fue implacable, para agrandar su historia en la legendaria prueba, con su cuarta victoria que lo ratificó como el regional más exitoso y uno de los elegidos de un selecto grupo en el Argentino.