A pocos kilómetros de Bariloche se armó un pequeño observatorio astronómico. El espacio está ubicado en el paraje Ñirihuau Arriba y nació gracias a la pasión por el astroturismo de un vecino de la ciudad. En La Carretera dialogamos con Daniel Chiesa, astrónomo aficionado, interesado en mostrar las bellezas del cielo patagónico.
El barilochense expresó que “lo construí con mis manos, pieza por pieza. Lo armé en mi casa. Comencé en febrero del año pasado. Yo soy técnico electromecánico y sé manejar las herramientas. Una vez construido, enumeré todas las piezas, lo desarmé completamente y volví a armarlo en el campo donde ahora está instalado. Lo hice con apoyo de mi familia y usando materiales reciclados. Se trata de una miniatura, tiene 3 metros de diámetro y pueden entrar 10 personas”.
La pasión por la astronomía nació gracias a su padre. Daniel nos contó que “mi papá era integrante de la Asociación Argentina de Amigos de la Astronomía. En el ’74 nos mudamos a Bariloche. Fabricó un telescopio y tenía muchos libros sobre el tema. Mi papá también era apasionado por la fotografía. Era integrante del Foto Club Bariloche en los años 80. Combinó las dos pasiones porque adaptaba la cámara al telescopio y sacaba fotos del cielo”.
Chiesa recordó que en 2014 tuvo la responsabilidad de formar la Asociación de Aficionados por la Astronomía de Bariloche. Estando en la entidad comenzó a interesarse por el astroturismo y a soñar con el observatorio que hoy es una realidad, aunque todavía no pudo ser inaugurado por la pandemia. El barilochense nos transmitió su pasión por las maravillas que nos ofrece el cielo. Aseguró que “el paraje rural donde está el observatorio tiene la ventaja de estar alejado de las luces de la ciudad, eso no nos permite ver estrellas o tomar buenas imágenes. La estepa tiene esa ventaja, cielos de calidad”.