Antes de desarrollar esta información es importante aclarar que un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizado en Francia, refleja que el consumo moderado de vino reduce el riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular. Es considerado además como un alimento.
En el transcurso de 2020 el consumo de vino en nuestro país se incrementó en 1 litro por persona por año.
El presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), Martín Hinojosa, atribuye este incremento al cambio que generó la pandemia en nuestros hábitos diarios. La necesidad de permanecer en los hogares, hizo que se consumiera más vino porque se recuperaron momentos de consumo que se habían perdido. Los almuerzos en casa y no tener la necesidad de manejar, entre otros aspectos.
Hinojosa destacó especialmente lo que ocurrió con los jóvenes, “fue totalmente sorprendente, al estar cerrados bares, pubs y boliches bailables que ofrecen otros tipos de bebidas, en la casa no se prepararon un mojito, pero sí se animaron a comprar una botella de vino para compartir con la familia”.
El aumento fue parejo en los distintos tipos de vinos, ya sea en los comunes, varietales o reservas pero en dónde se notó un cambio fue en el envase elegido, creció notoriamente el consumo en “botellones” de litro y medio.
El titular del instituto que regula la producción y comercialización del vino en nuestro país destacó la importancia del mercado interno para este producto, “de cada cuatro botellas de vino que se venden, tres quedan en Argentina, nuestro mercado interno es muy fuerte, el 75% se comercializa aquí, no todas las vitiviniculturas del mundo tienen esta realidad”.
Este aumento en el consumo se vio reflejado en los valores que recibió el productor. En los últimos 5 años el precio estuvo clavado en 14 pesos por litro de vino de traslado, el año pasado se elevó a 40 (argentinos) en promedio.
También en el transcurso del 2020 creció exponencialmente la exportación, pero eso es motivo de otro informe.
