La Fundación COLSECOR de Córdoba realizó por segundo año consecutivo una “Medición de calidad de vida en pueblos y ciudades del país”. La investigación abordó tópicos vinculados a la percepción en torno a la felicidad, la salud, la educación y la oferta laboral. Se realizaron un total de 73 preguntas, a través de cuestionarios digitales, a 1.567 personas. La investigación fue diseñada por la socióloga Natalia Calcagno y el politólogo Mario Riorda. En dialogo con La Carretera, Calcagno repasó los resultados más significativos.
La socióloga aseguró que “es muy importante conocer la calidad de vida de los argentinos. Podemos ver datos concretos como los ingresos, el trabajo, la infraestructura, pero también es bueno medir las percepciones de los habitantes. La encuesta la hicimos en todo el país”. La profesional explicó que se trabajó en cuatro grandes bloques. El primero referido a cómo se sienten las personas, cuál es su estado de ánimo individual. El segundo bloque abordó las relaciones afectivas familiares y con amigos. En tercer lugar, se evaluó la infraestructura local, es decir, los servicios públicos, la salud y la educación, entre otros. Por último, se evaluó la vida en comunidad.
Calcagno contó que “comparamos los datos según distintas variables, como el lugar de residencia, el género, la edad y el nivel educativo. Las sensaciones de bienestar y alegría aumentan en ciudades pequeñas. Mientras que en las ciudades grandes aumenta la preocupación y el estrés. Esta es la segunda encuesta de este tipo. La primera la hicimos en 2020. Este año es muy llamativo que todo lo referido al bienestar se fue para abajo. Vemos que, en julio del año pasado, la pandemia no había recrudecido en la Argentina, no teníamos una dimensión total. En julio de este año, la segunda ola ya había llegado, por eso los indicadores descienden en todas las localidades, en todas las edades y entre mujeres y varones”.
Para la especialista, este fenómeno que refleja la medición de 2021 es “el efecto impiadoso de la pandemia. Para las mujeres todo esto fue muy pesado de sobrellevar. El trabajo, la casa, el cuidado del hogar, ha sido una doble carga para ellas. Por eso este año notamos esas diferencias entre las percepciones de hombres y mujeres. Este año también empeoró la percepción sobre la salud y la educación”. La “Medición de calidad de vida en pueblos y ciudades del país” está disponible en la página de la Fundación.
