El mercado ruso para las frutas de pepita del norte patagónico es muy importante, tanto es así que lleva el 25% y el 10% del total de peras y de manzanas respectivamente. El conflicto bélico generado entre Rusia y Ucrania va modificar sin dudas el flujo comercial de esta temporada.
Marcelo Loyarte, gerente de cámara que representa a los exportadores frutícolas de la región, expresó que “en principio esta situación es todavía muy nueva y se va monitoreando día a día para ver que medidas se van tomando y cómo pueden impactar en el comercio internacional. Lo primero que ocurrió fue la devaluación del Rublo, la moneda rusa pasó de 74 casi a 90. Cuando un país devalúa generalmente lo primero que ocurre es que la fruta importada les resulta más cara y es muy probable que para los próximos embarques se produzca un ajuste de precios en dólares”.
Otro aspecto que consideró es “qué va a pasar con el Banco Central de Rusia vinculado con el sistema financiero europeo para ver si los pagos al comercio exterior van a ser normales o no. Es también un tema que se está monitoreando permanentemente”. Loyarte agregó en su análisis un tercer aspecto: “un tema que hemos visto ya en el pasado, en donde por conflictos que ha tenido Europa con Rusia, el gigante oriental ha dejado de comprar fruta a los europeos. Esto genera más demanda de nuestra fruta pero resulta que es un mercado que, a diferencia de otros, es de precios más bien bajos, por tanto es probable que se genere una demanda fuerte en Rusia de fruta y que la que tenía destino ruso se reoriente y termine bajando los precios de los mercados que históricamente tiene precios más altos”.
Algunos exportadores manifestaron su preocupación porque, hasta ahora, el mercado ruso se estaba comportando muy bien con buena demanda y buenos precios. Loyarte reconoció que “sí, Rusia estaba comprando muy bien, inicialmente era un mercado de segunda calidad. Luego comenzó a tener exigencias más altas y mejorando los precios, un poco lo que también estamos tratando de ver es qué tan largo será este conflicto y qué ocurrirá si es de poca duración. Indudablemente lo que va a terminar pasando es un impacto en la reconfiguración del poder internacional y habrá que ver cómo esto repercute en el comercio internacional”.
Esta es una temporada con muchas incógnitas en la comercialización de nuestras frutas, puesto que a la merma en la producción por heladas y granizo, que además afectaron la calidad de peras y manzanas, hay que sumarle el encarecimiento de los fletes marítimos y ahora el conflicto entre Rusia, Ucrania y la OTAN.