La Dirección de Juventudes brinda talleres para armar estufas rusas. Este modelo resulta muy eficiente para calefaccionar el hogar en barrios que no pueden conectarse a la red de gas. Es fácil de construir, es más segura y consume menos leña. El diseño permite conservar el calor y descartar el humo, sin contaminar el interior de la casa. En La Carretera, el funcionario cipoleño Ariel Demiz explicó cómo trabajan junto a los vecinos.
“Es una estufa de baja combustión diseñada por un ingeniero del INTA. Hay que respetar un plano que te proporciona el INTA y es fácil de enseñar, que es lo más importante. Cualquier vecino puede aprender. Capacitamos al vecino, no hacemos asistencialismo. Lo capacitamos para que pueda hacerla y además le queda como salida laboral”, resumió Demiz. Los materiales necesarios son accesibles y el armado lleva apenas unas horas. Demiz señaló que el principal beneficio es que conserva mejor el calor. “El humo hace una serpentina, hace las vueltas y sale por el tiraje. La masa térmica queda dentro de la casa y se va solo el humo. La combustión es lenta, economiza mucho la compra de leña”, sostuvo.
El funcionario municipal destacó que este modelo es más seguro para la vivienda familiar, especialmente, si la casa es precaria. “El surgimiento de los asentamientos irregulares trajo esa realidad de tener que calentarse sin tener servicio de gas. La ventaja más importante es la seguridad, es fuego en casillas de madera. El caño no tiene conexión directa con el fuego, acá llega el humo caliente y uno puede tocarlo sin quemarse. Calienta pero es imposible que se prenda la madera”, remarcó. Además, el humo se expulsa de la casa por el tiraje, sin que los habitantes lo respiren.
Suyai y Federico son un matrimonio de la Margen Sur que se animó a construir su propia estufa. Fueron capacitados por Ariel Demiz y concretaron el diseño. Suyai aseguró que fue muy fácil aprender y que llevó pocos materiales. “La pusimos acá para que el calor se expanda por todos lados. Da el calor a la pieza, se va el calor a las habitaciones. La salamandra era muchísimo humo, era tóxico para los niños. Queríamos una estufa y llegó Ariel, me enseñó y la hicimos muy rápido”, aseguró. “Calienta muy bien. Es calor con poca leña, con calefacción en todo el hogar. No es caro, porque es tener los ladrillos, la arcilla y el caño. También le pusimos hierros del 8. No es mucho”, enfatizó.
