La ciudad de Fernández Oro atraviesa un momento crítico por la ola de robos que afecta a los barrios Don Higinio 3, Las Acacias y Villa Clementina. Según relató la vecina Yanina Mullaly en La Carretera, en un solo fin de semana se registraron al menos siete robos en viviendas, con delincuentes que ingresaron mientras los dueños dormían. “La vulnerabilidad que sentimos es tremenda; algunos vecinos se enteraron de que les habían entrado recién al ver las cámaras”, advirtió.
Mullaly contó que su familia fue víctima de un robo violento el 28 de junio, cuando delincuentes ingresaron a su casa de madrugada y se llevaron un auto y una camioneta, además de intentar robar una moto. La situación tomó un giro más grave cuando la camioneta apareció 14 días después vinculada a un asesinato en General Roca, lo que obligó a la familia a mantener contacto permanente con la Fiscalía y la Policía. “Uno no se involucra hasta que le pasa; desde entonces vivimos en alerta”, dijo.
Ante la reiteración de hechos, los vecinos se organizaron en grupos de seguridad, instalaron alarmas comunitarias y elevaron una nota formal al intendente Gustavo Amati, exigiendo soluciones. Sin embargo, hasta el momento no hubo respuesta oficial. “Nosotros ya no queremos solo una nota; queremos ver acciones concretas: limpieza de terrenos abandonados, arreglos de luminarias y controles policiales permanentes”, reclamó Mullaly.
La vecina señaló que los barrios tienen múltiples accesos rápidos a rutas y calles rurales, lo que facilita la fuga de los delincuentes. Además, la falta de iluminación, señalización y control municipal convierte al sector en un blanco constante. “Hay un galpón abandonado que pertenece al municipio y sirve de escondite; nadie hace nada. Así es imposible frenar los robos”, denunció.
El último fin de semana, al menos 10 hechos delictivos se registraron en toda la ciudad, con la misma metodología: ingresos nocturnos mientras las familias dormían. Los vecinos aseguran que los videos de seguridad muestran siempre a los mismos dos sujetos, que siguen libres. Mientras tanto, el patrullaje policial aumentó ligeramente, pero los habitantes consideran que es insuficiente ante la magnitud de la problemática.
“Hoy los vecinos estamos cansados y con miedo. Queremos que la municipalidad y la policía actúen, porque nuestra seguridad depende de que haya acciones y no promesas“, concluyó Mullaly.
Fernández Oro, 4 de agosto de 2025