El último índice de inflación publicado a nivel nacional marcó un 3,5% para el mes de septiembre, reflejando una desaceleración en comparación con meses anteriores. La economista Ivana Rivero, en diálogo con AM 740 La Carretera, destacó que si bien este número puede considerarse positivo, no implica que los precios estén bajando, sino que suben a un ritmo más lento.
“Desde enero se observa una tendencia a la baja en la inflación. Este 3,5% es un promedio, ya que algunas categorías de bienes y servicios superaron ese valor, como los alquileres, la luz y el transporte, sectores donde los precios se encontraban rezagados y comenzaron a ajustarse al verdadero costo de producción”, explicó Rivero. La economista subrayó que aunque esta desaceleración es alentadora, todavía quedan desafíos estructurales pendientes.
Rivero mencionó que el comportamiento inflacionario varía según las regiones del país. En provincias como Neuquén y Río Negro, donde sectores estratégicos como el petróleo influyen en la economía, los índices de precios suelen ser más elevados. “El costo de vida en Neuquén es mayor debido a la actividad energética. Esto repercute, por ejemplo, en los alquileres, que se posicionan por encima de la media nacional“, afirmó.
A nivel general, la inflación núcleo, que excluye precios estacionales y regulados, fue incluso más baja, alcanzando un 3,3%. Sin embargo, Rivero recordó que la situación argentina sigue lejos de la estabilidad de otros países latinoamericanos, donde la inflación anual ronda el 0,8%. “Estamos celebrando un 3,5% mensual, un número que en la región equivale a la inflación anual”, comparó.
Al ser consultada sobre la relación entre consumo e inflación, Rivero explicó que el nivel de consumo cayó en comparación con años anteriores. “El Estado ha dejado de financiar el gasto con emisión monetaria, lo que impacta en el consumo. A esto se suma la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, que recién ahora comienzan a recomponerse a través de paritarias”, detalló.
En ese sentido, destacó que aunque el crédito creció, ayudando a compensar parcialmente la caída de ingresos, no se observa un consumo acelerado como en el pasado. “El nivel de consumo actual es moderado, lejos de lo que sucede en una economía en plena expansión donde el aumento de la demanda genera presión sobre los precios”, explicó.
Con respecto al cierre del 2024, la economista indicó que las consultoras proyectan una inflación mensual cercana al 3,12%. Sin embargo, la atención está centrada en otros desafíos, como la política cambiaria y el control del déficit fiscal. “La eliminación del cepo y el atraso cambiario son cuestiones clave que los analistas siguen de cerca”, señaló Rivero.
Asimismo, advirtió que las fiestas de fin de año podrían generar un repunte en el consumo, aunque limitado por la capacidad de compra de los hogares. “La estabilidad fiscal es necesaria, pero no suficiente para reactivar la economía y reducir la pobreza, que afecta a más del 60% de la población”, subrayó.
Argentina, 14 de octubre de 2024