Desde el área de comunicación del Poder Judicial de Río Negro se ha puesto al descubierto una historia de determinación y búsqueda en la región del Valle de Río Negro. La protagonista de esta historia es una nieta de Cipolletti que, a pesar de contar con escasa información, emprendió una travesía hacia el pasado de su clan. Había algo de información, pero eran solo dichos e historias de desgracias.
La historia inicia con la desgarradora desaparición del abuelo de la nieta, quien en 1937 partió a Valle Medio y nunca volvió por un supuesto crimen. A pesar de las dificultades y la falta de pistas sólidas, la joven decidió recurrir a la justicia para obtener respuestas que le permitieran enlazar su pasado con el presente. A través de una decisión judicial, logró un vínculo con la historia que buscaba.
La búsqueda minuciosa llevó a la nieta a explorar cementerios, archivos policiales y comisarías, además de publicar sus investigaciones en diarios locales y el Boletín Oficial. Sin embargo, los resultados seguían esquivos. García explicó que “sería prácticamente imposible encontrarlo con vida, ya que a la fecha tendría nada más ni nada menos que 124 años. Es por eso que el fallo culminó con la conclusión del deceso”. Esto fue lo que se explicó en el fuero de Familia de Cipolletti. Esta conclusión marca un precedente.
El fallo judicial estableció oficialmente el fallecimiento del ciudadano y fijó la presunta fecha de su muerte el 1 de julio de 1937. Con esto se generó el acta de defunción luego de más de 86 años. Con el veredicto en mano, la joven pudo reconstruir una parte esencial de su identidad y avanzar hacia un derecho fundamental que le había sido negado por décadas.