La actividad apícola genera mucho más que miel y todos sus derivados. De hecho, juega un rol fundamental para la producción de frutas de pepitas entre otros productos que necesitan de la fecundación a través de la polinización. Peras y manzanas necesitan de abejas en vuelo para mantener su vigencia, tanto para multiplicarse como para lograr la calidad que hoy exigen los mercados. Con el respaldo de estos argumentos la provincia de Río Negro reactivó al Consejo Apícola creado por ley pero que en los últimos años no estaba funcionando.
El Subsecretario de Agricultura de Río Negro, Diego Gordon, explicó en La Carretera que “este es un proceso que se inició hace un año y medio porque entendimos que la apicultura es una actividad esencial si la analizamos en todas sus dimensiones, no solo como la presencia de unos bichitos muy necesarios para la vida y el ecosistema sino también para todo lo que es la biodiversidad productiva. Cuando comenzamos a comprender que si no existiese la apicultura no habría manzanas en Río Negro, nos damos cuenta del impacto que tiene esta actividad”.
El funcionario informó que “cuando comenzamos a trazar una nueva estrategia para la apicultura, nos dimos cuenta que teníamos que lograr esa sinergia y esa interacción entre las distintas actividades para que no solo sea vista desde el apicultor sino desde todos los productores y sectores involucrados. A partir de esta premisa, revisamos la ley apícola sancionada en el año 2006 que prevé la creación de un Consejo que estuvo funcionando un par de años pero que después se diluyó. Entonces decidimos reactivarlo y se hizo todo un trabajo en los 6 departamentos que tienen apicultura. Explicamos las necesidad e importancia de su participación y luego de un largo proceso, se logró crear este Consejo Apícola. Se diseñó un encuentro que concluyó en la primera reunión presencial realizada en Allen, aquí se le terminó de dar forma”.
El Consejo Apícola está integrado entre otros organismos y entidades por la Federación de Productores de Frutas de Río Negro y Neuquén, el INTA, las universidades, el SENASA, el CFI, la CAFRAN y la Comisión Hortícola. Diego Gordon destacó el rol capacitador del SENASA para la formación de inspectores apícolas que son necesarios para darle continuidad a la actividad. El subsecretario de agricultura rionegrino no duda en afirmar que “con esta mirada que nos permite trabajar codo a codo con todos los apicultores y con todas las instituciones involucradas en el tema, nace una nueva apicultura en Río Negro”.