En una sorprendente situación que puso en peligro la seguridad de los asistentes, una confitería ubicada en Allen colapsó sus instalaciones al permitir el ingreso de más de 200 personas, excediendo en gran medida su capacidad máxima de 60 clientes. Como resultado, las autoridades clausuraron el local en plena celebración, evacuando a los presentes a la calle.
El incidente ocurrió durante el fin de semana, cuando se detectó el exceso de asistentes y se tomó la decisión de clausurar el establecimiento como medida preventiva. La situación se resolvió sin incidentes graves y el local podrá reabrir en el futuro, una vez que se realicen los ajustes necesarios para cumplir con las normas de capacidad.
Cristina Bravo, directora de comercio de Allen, explicó que la clausura fue una acción necesaria para preservar la salud y la seguridad de las personas presentes en el lugar. Según Bravo, el boliche excedió el límite de clientes permitidos, establecido en 57 personas, al contar con más de 200 individuos distribuidos entre la planta alta y la baja. La funcionaria declaró que esta situación representaba un grave riesgo y era necesario intervenir para evitar posibles incidentes o tragedias.
La directora de comercio de Allen reiteró la importancia de respetar los límites de capacidad establecidos para los establecimientos, ya que esto contribuye a salvaguardar la salud y el bienestar de todos. Asimismo, hizo hincapié en la necesidad de que los propietarios y administradores de locales comerciales sean conscientes de su responsabilidad y tomen las medidas necesarias para garantizar la seguridad de sus clientes.