Esta semana se produjo polémica debido a la remodelación del acceso Martín Miguel de Güemes en Allen. Muchos vecinos alzaron la voz en contra de la construcción de los reductores de velocidad en las redes sociales. La remodelación no solo construyó los reductores de importantes dimensiones sino que construyó una bicisenda en una de las manos. La traza para ciclistas y peatones quedó delimitada por la incorporación de adoquines y dejó toda una margen de la calle sin banquina a lo largo casi un kilómetro.
Por ese acceso, más allá del tránsito normal, es por donde salen e ingresan los vehículos especiales. Las ambulancias para el traslado de pacientes y los bomberos. También una importante cantidad de camiones de transporte de frutas.
El Secretario de Gobierno Mario Chroback dio los fundamentos de la obra. Explicó que la obra se está llevando adelante tal cual lo proyectado por el sector de planeamiento de la municipalidad. Indicó que la función de los reductores es cuidar al peatón y que los vehículos reduzcan la velocidad prácticamente a cero. “Es una calle de acceso y no una ruta, también los vehículos especiales como bomberos y ambulancias deberán reducir la velocidad y sortear los obstáculos” explicó.
Chroback sostuvo que también los camiones de carga y los fruteros deberán frenar y que si pasan a la velocidad adecuada no hay posibilidad de que se estropee la mercadería.
En cuanto a los vehículos que quieran pasar por las banquinas para esquivar los lomos aún no hay una posición definida, pero se está estudiando qué hacer. Por último el Secretario de Gobierno dijo desconocer el plazo de la obra, pero indicó que pronto estará finalizada.