En Allen, una de las pocas mujeres al volante es Fabiana Ruiz. Ella enfrentó sus temores y tomó el empleo de recorrer las calles de la ciudad. En el Día del Taxista, contó cómo es trabajar en un ambiente tradicionalmente masculino. Fabiana resaltó que cada vez hay más choferes mujeres.
Hace 6 años, Fabiana se subió al taxi por primera vez. “Tenía dudas porque era un trabajo para hombres, todavía hay más hombres en este rubro. Fue toda una novedad pero lo tomé bien. Me dedicaba al cuidado de personas y con dudas me inserté pero cuando empecé a trabajar en esto me gustó”, expresó. “Cuando ingresé había unas pocas y hoy somos más y creo que va a seguir aumentando el número de mujeres. Se me hizo fácil igual”, agregó la taxista.
Cada jornada laboral implica unas 10 horas arriba del auto. “Arrancamos tipo 7.30 u 8, todos los días. Siempre temprano. Me bajo a almorzar y sigo hasta las 8 o 9 de la noche. Acá tenés que meter horas para que te de. Como todos saben, este no es un rubro en blanco. Es a porcentaje: si trabajás, comés“, enfatizó. Fabiana no es propietaria de su coche sino que presta servicio como chofer.
El desafío sanitario modificó las costumbres de los conductores locales. “La pandemia fue algo nuevo para todos. Hubo pocos taxistas trabajando al comienzo. Se nos complicó por el contacto de primera línea con la gente. Fue difícil, porque el Covid nos tomó por sorpresa. Después de unos cuantos meses se sacó la ordenanza, nosotros tomamos las precauciones antes… andar con el alcohol, poner una mampara para resguardarnos”, contó Fabiana. Luego, los protocolos que fueron elaborando sirvieron para que el Municipio arme su normativa para este tipo de transporte. “Contentos porque lo que hicimos, después se implementó”, sentenció.