Los lagos artificiales que se crearon a partir de las represas realizadas en el río Limay, además de generar energía renovable, tienen un importante potencial productivo a partir del desarrollo de la acuicultura. La semana pasada se procedió a la primera exportación de truchas Arco Iris producidas en el embalse de Piedra del Águila y procesadas en Bariloche.
Esta exportación se suma a las que, desde hace años, se realizan con lo producido en la represa de Alicurá.
El Director Nacional de Acuicultura de la Nación, Guillermo Abdala, dijo a La Carretera que “el norte de la Patagonia, es la región que concentra la mayoría de la producción de truchas Arco Iris en el país y tiene un horizonte de crecimiento ilimitado. Es porque es un producto de altísimo valor, apreciado en todo el mundo”.
Chile que es una potencia en el desarrollo de la actividad acuícola, ha tenido graves problemas sanitarios en los últimos años.
La región norpatagónica tiene el status sanitario, reconocido internacionalmente, libre de “enfermedades de origen”. Abdala considera que “es sin ningún tipo de dudas el mayor valor diferencial para posicionar nuestros productos acá y en el mundo, así que tenemos que cuidarlo a nivel nacional, regional y provincial”.
Con respecto al futuro desarrollo de la actividad, el funcionario dijo que “además de accionar en forma conjunta con el sector privado, se está trabajando, junto con el INVAP, lograr un informe basado en un diseño con todo el articulado de la investigación, la ciencia y la tecnología aplicada para que el desarrollo, además de ser sustentable sea sostenible a lo largo del tiempo”.