Crecen las quejas de los usuarios de la ruta nacional. A la altura del barrio Puente 83 en Cipolletti, la calzada presenta grandes pozos y desniveles. Los vehículos deben circular a paso de hombre, esquivando baches y restos de lomos de burro. Hace tiempo que no se realiza un mantenimiento del sector, que permanece en conflicto por la obra planificada. En La Carretera, Ana María Alonso reflejó el malestar de los conductores. Utiliza la Ruta 22 por trabajo y pasa unas 6 veces al día por Puente 83.

“Yo soy usuaria frecuente de la ruta porque hago traslados al aeropuerto desde General Roca. Mi vehículo sufre muchísimo. Paso hace más de un año por ahí y son verdaderos cráteres. Son tantos baches y lomos de burro desgastados, uno al lado del otro, no hay forma de esquivarlos. Se demora todo el tránsito, el paso de colectivos y de ambulancias. Cada vez que paso por ahí me acuerdo de Gustavo Casas, porque él tiene la potestad. Y ayer dije ‘algo tengo que hacer‘, pensé en iniciar una campaña, juntar firmas… algo”, resumió Ana María. “Vas 11 kilómetros por autopista y llegás ahí, que son 100 metros que son un desastre. Es un desatino”, agregó.

La mujer había intentado varias veces comunicarse con el arquitecto Casas, titular de Vialidad Nacional en el distrito Río Negro. Apeló a Facebook para hacerle llegar sus reclamos. Ayer, logró que el funcionario le respondiera. “Le dije que iba a empezar una campaña pública. Me llama. Me dijo que estaban mandando maquinaria y camiones. Me explicó que no podían entrar porque es jurisdicción de una empresa consecionaria. Que iban a arreglarlo”, detalló. “Nosotros tenemos herramientas para actuar, es cuestión de ver cómo se puede hacer. Le escribí más de 10 veces. Me llamó porque se vio apremiado pero me dijo ‘haga lo que tenga que hacer, le agradezco y hágame saber si las cosas se hacen‘. Encontré una persona honorable y receptiva, más allá de que no me contestó antes”, relató.

Ana María anticipó que seguirá pendiente del estado de la Ruta 22. Invitó a otros usuarios a quejarse y accionar, para que no caiga esta obra nuevamente en la desidia. “Yo iba a hacer una campaña real, ir a hablar uno por uno. No hizo falta”, explicó. “Me gustaría ir a ver si arreglaron, me dijeron que era hasta que se hiciera la ruta. Es hacerlo cada tanto. Cuando hay que hacer las cosas, hay que ser flexible. Hay que arreglarlo y ya está. Que lo mantengan, es un camión de mezcla y 5 operarios para tapar los cráteres“, sentenció.